Sunday, January 15, 2012

EL BIEN COMÚN

EL BIEN COMÚN
Cuando en América, por primera vez, se desechó la monarquía y debía
elegirse el primer presidente de la república, se votó entonces, sólo
por el cargo de presidente, y el candidato que resultaba primero, por
mayor número de votos, ganaba la presidencia. El candidato que
resultaba segundo en números de votos, ganaba la vicepresidencia.
Quedó establecido desde 1789, que el segundo no era igual que el
primero. Esta fue la forma de garantizar el acceso al cargo máximo del
candidato, que el pueblo consideraba más idóneo para gobernar.
Entonces se elegía por idoneidad, instrucción, conducta ética y
conocimientos, no por el monto de recursos gastado en la campaña,
bolsones y transporte incluidos. En la monarquía el soberano por
derecho divino, el rey tenía que explicar sus acciones sólo a Dios, no
a sus súbditos. En la república, donde el soberano es el pueblo, los
funcionarios que gobiernan con el consentimiento de los gobernados,
tienen la obligación de explicar sus acciones, pues son servidores
públicos. Se debe verificar si su accionar fue en beneficio del bien
común, o si emulando al rey lo hizo en beneficio o conveniencia
propia. Decía Jefferson en 1799: "En cuestiones de poder, no se puede
hablar más de confianza en el hombre, sino que para impedir sus
travesuras, debemos atarlos con las cadenas de la Constitución".
Nuestros funcionarios descartan las enseñanzas de Jefferson, al
cometer "travesuras", como ignorar el artículo 12, sobre
licitaciones. Se elige al segundo o tercero, en lugar del primero como
ganador en el concurso para el cargo de juez. Cuando el primero
debería ser el elegido, en razón del bien común, pues es el más apto,
y no privilegiar el bien individual. Se consideró que todo es igual:
lo mismo un tercero, un segundo, que el primero… y ya por segunda
vez, con el mismo número uno, que ganó dos concursos. El bien común en
terapia intensiva.

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